El Programa Mundial de Alimentos alerta de que el colapso alimentario en Gaza amenaza a más de dos millones de civiles desarmados, mientras los renovados combates impiden la entrega de ayuda vital y ponen en riesgo el respeto al derecho internacional humanitario.
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) de las Naciones Unidas ha emitido una grave advertencia sobre la situación en Gaza, señalando que la crisis humanitaria podría degenerar en una hambruna si no se toman medidas inmediatas. Durante la reciente tregua de siete días en los combates, el PMA y sus socios lograron cierta seguridad para ampliar las operaciones de ayuda. En ese periodo, se duplicó el número de puntos de distribución fuera de los refugios y se entregaron alimentos en lugares previamente inaccesibles, incluidas algunas zonas del norte. Este esfuerzo permitió llegar a aproximadamente 250 000 personas en solo una semana, lo que supone un avance significativo que ahora está en peligro debido a la reanudación de las hostilidades.
Los renovados combates hacen casi imposible la distribución de ayuda y ponen en peligro las vidas de los trabajadores humanitarios. Las restricciones a la ayuda humanitaria que llega a Gaza son severas; durante el mes de octubre, solo se entregaron 5000 toneladas métricas de alimentos, lo que representa apenas el 20 % de la asistencia alimentaria básica para los 1,1 millones de personas que dependen del PMA. La destrucción de fábricas, tierras de cultivo y tiendas ha provocado el colapso de los sistemas alimentarios en Gaza. Los mercados están casi vacíos y la mayoría de los canales comerciales ya no funcionan, lo que deja a la población civil desarmada sin acceso a bienes esenciales para su supervivencia y agrava el sufrimiento humano.
Un informe de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (IPC), que reúne a más de veinte instituciones y organizaciones, prevé que en noviembre más del 90 % de la población de Gaza enfrentará una grave crisis alimentaria. Se estima que un gran grupo se encontrará en una «fase de emergencia» de necesidad, mientras que otros afrontarán niveles «catastróficos» de inseguridad alimentaria. A medida que la situación en el norte de Gaza sigue deteriorándose, la probabilidad de que un grupo más grande se vea afectado por la hambruna seguramente aumentará a menos que las condiciones sobre el terreno mejoren sustancialmente.
El PMA ha hecho un llamamiento urgente para establecer puntos de entrada a Gaza más seguros y funcionales, con el objetivo de implementar operaciones significativas y distribuir la asistencia alimentaria crucial que se necesita con urgencia. Los trabajadores humanitarios deben tener un acceso seguro, sin obstáculos y sostenido para poder distribuir asistencia vital en todo el territorio. Todas las partes deben cumplir sus obligaciones en virtud del derecho internacional humanitario, que exige la protección de la población civil y el acceso sin restricciones a la ayuda humanitaria. La falta de acceso seguro no solo impide la entrega de ayuda vital, sino que también dificulta el cumplimiento de las obligaciones internacionales en materia de derechos humanos.
Sin una paz duradera, el sufrimiento y la inminente catástrofe humanitaria en Gaza no podrán evitarse. El PMA pide un alto el fuego humanitario e insta a todos los líderes a trabajar con la máxima urgencia para encontrar soluciones políticas que pongan fin al sufrimiento de las familias de dentro y fuera de este desgarrador conflicto. La comunidad internacional se enfrenta al desafío de responder de manera rápida y eficaz; sin una acción inmediata y coordinada, y sin respetar plenamente el derecho internacional humanitario, millones de civiles podrían enfrentar consecuencias catastróficas, lo que tendría implicaciones graves no solo para la región, sino también para la estabilidad y la paz a nivel global.