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La inflación general en España se desaceleró hasta el 1,5% en septiembre, alcanzando su nivel más bajo en más de tres años. Este descenso se atribuye principalmente a la reducción de los precios de los carburantes y a una moderación en el aumento de los precios de los alimentos.
El Índice de Precios al Consumo (IPC) ha experimentado una notable disminución en las últimas semanas, según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Esta moderación, que es ocho décimas inferior a la tasa registrada en agosto, se debe en gran medida al abaratamiento de los carburantes, lo que ha tenido un impacto directo en el bolsillo de los consumidores.
Además de la caída en los precios de la energía, la inflación de los alimentos ha mostrado signos de moderación, situándose en el 1,8 %. Aunque algunos productos, como el chocolate y los zumos de frutas, siguen registrando incrementos significativos, otros, como los aceites comestibles y las legumbres, han experimentado descensos.
La tasa de inflación subyacente, que excluye los precios de la energía y los alimentos no elaborados, también ha disminuido en las últimas semanas, ubicándose en el 2,4 %. Este dato sugiere que la moderación de la inflación no se limita únicamente a los componentes más volátiles del IPC, sino que se extiende a otros sectores de la economía.
El descenso de la inflación se ha producido de manera generalizada en todo el territorio nacional, aunque existen algunas diferencias entre comunidades autónomas. Asturias, el País Vasco, las Islas Baleares, Cataluña y Canarias presentaron tasas ligeramente superiores a la media nacional, mientras que Cantabria y Navarra fueron las regiones con las tasas más bajas.
Esta evolución favorable de la inflación es una buena noticia para los consumidores, que ven cómo su poder adquisitivo se recupera gradualmente. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la situación económica sigue siendo compleja y que factores como el conflicto en Ucrania y las tensiones geopolíticas podrían generar nuevas presiones inflacionistas en el futuro.
El Gobierno español ha expresado su satisfacción con estos datos, ya que demuestran que la economía española está creciendo de forma sólida y que se están adoptando las medidas necesarias para controlar la inflación y mejorar el bienestar de los ciudadanos.
La moderación de la inflación en España es una señal positiva que apunta hacia una recuperación económica más sólida y sostenida. No obstante, es fundamental seguir de cerca la evolución de los precios en los próximos meses para evaluar si esta tendencia se consolida o si surgen nuevos factores que puedan desestabilizar la economía.